el prestigioso resplandor de tu infelicidad
es mas crudo que el degolle de un diablo en plena luz
comen como cerdos aquellos malditos niños
con ojos de misterio
miseria de almas perdidas
socabadas con sal en las encias
le hacen sangrar el alma
a aquellos malditos niños
victimas de las sombras del mundo
no los alumbran las estrellas
el frio morboso los abrasa
y el fuego los endulza con venganza
asesinos de cajas musicales
son los otros que los rodean
con egoismo los comprimen
y matan con palabras
aquellos malditos niños
quienes no quieren ser malditos
son malditos por los otros
los matan por prejuicio
manos sucias llenas de tierra
ropas gastadas y suelo en su piel
no tienen la culpa de ser malditos
aquellos malditos niños
somos malditos nosotros
que los matamos por ser malditos
pues ellos son solamente niños
los concebimos
no los educamos
los herimos
son los culpables de nuestra muerte
los maltratamos
no pensamos solo actuamos
y esos malditos niños
que nos miran
que comen como cerdos
con tierra en su alma
esa alma que perdimos
cuando no pensamos
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